in ,

Hidrato de Metano, otra amenaza cercana

Verdaderas bombas de relojería climáticas formadas en fondos marinos menos profundos en los márgenes de los continentes.

Preocupación genera entre científicos estas posibles bombas de relojería climáticas : hidratos de metano formados en fondos marinos menos profundos en los márgenes de los continentes.

Los hidratos de metano, combinación congelada de metano y agua, se encuentran en grandes cantidades en el mar. Es posible que un cambio climático continuo pudiese liberar esas reservas congeladas de metano y añadir repentinamente mucho metano a la atmósfera, lo que agravaría los efectos de los gases de efecto invernadero, al tiempo que provocaría un calentamiento global sin precedentes.

Aparentemente, hay muchos. Entre 2016 y 2018, por ejemplo, los investigadores de la Universidad del Estado de Oregón y la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) desarrollaron una nueva técnica de sónar para descubrir 1000 rezumaderos de metano en la costa noroeste del Pacífico de los Estados Unidos.

En cambio, solo se habían identificado 100 entre 2015 y finales de los 80, cuando los científicos descubrieron depósitos de metano. Es probable que queden muchos más por localizar, ya que en 2018 solo se había cartografiado un 38 por ciento del lecho marino entre el estado de Washington y el norte de California.

«Como hay mucho metano almacenado en los márgenes continentales en aguas relativamente poco profundas, los efectos del calentamiento marino pronto llegarán hasta él y podrían desestabilizar los hidratos de metano presentes en los sedimentos», explica Dave Butterfield, investigador y experto en chimeneas hidrotermales del Laboratorio Ambiental Marino del Pacífico de la NOAA en Seattle.

Butterfield indica que es probable que estos rezumaderos de metano constituyan un depósito global de gases de efecto invernadero mucho mayor que los de dióxido de carbono bajo los fondos marinos profundos.

«La idea es que si desestabilizas los hidratos de metano, ese metano se introduce en la atmósfera y causa un calentamiento global más extremo», afirma Butterfield, que en 2003 participó en una expedición que descubrió un embolsamiento de CO2 líquido taponado por hidratos en un sistema hidrotermal en el arco de las Marianas del Pacífico.

A principios de este año, Stott y sus colegas publicaron un trabajo que presentaba evidencias de que la liberación de dióxido de carbono de depósitos del fondo marino hidrotermal en el Pacífico ecuatorial oriental hace unos 20 000 años contribuyó a iniciar el fin de la última glaciación. En un nuevo trabajo, Stott ha hallado indicadores geológicos de que durante las glaciaciones de finales del Pleistoceno se liberó dióxido de carbono de depósitos del fondo oceánico cerca de Nueva Zelanda.

El aumento de las temperaturas atmosféricas en periodos anteriores en los que las glaciaciones estaban terminando refleja el rápido aumento actual provocado por las emisiones de gases de efecto invernadero. Aunque durante años se ha sospechado que los océanos fueron contribuyentes importantes al calentamiento global en el pasado, el consenso predominante era que el CO2 se liberó de una capa de agua de las profundidades del mar. Pero la investigación de Stott y otros oceanógrafos en la última década señala a un culpable geológico.

«Aunque solo un pequeño porcentaje de los sistemas hidrotermales sin muestrear contuvieran CO2 en estado líquido o gaseoso, cambiaría considerablemente el presupuesto de carbono marino global», escriben Stott y sus coautores acerca de las reservas de carbono actuales.

Como una aguja en un pajar

Un ejemplo es la reserva de CO2 líquido taponado por hidratos hallada por Butterfield y sus colegas en un volcán del Pacífico. Calcularon que el ritmo al que salían burbujas de ese CO2 líquido del lecho marino equivalía al 0,1 por ciento del dióxido de carbono emitido en toda la dorsal mediooceánica. Quizá parezca una cantidad pequeña, pero hay que tener en cuenta que el CO2 salió de un sitio pequeño en un sistema de volcanes sumergidos de 65 000 kilómetros que rodea el planeta.

«Es una cifra pasmosa», afirma Stott.

Los científicos creen que dichos depósitos podrían formarse cuando el magma volcánico bajo el fondo oceánico interactúa con el agua marina y produce fluidos sobrecalentados abundantes en carbono o metano que ascienden a la superficie. Cuando esa columna entra en contacto con agua más fría, se forman hidratos que atrapan el carbono o el metano en sedimentos subterráneos.

El riesgo que plantean los depósitos depende de su ubicación y su profundidad. Por ejemplo, según Scott, el aumento de las temperaturas marinas en los próximos años podría derretir los hidratos que taponan un lago de COlíquido en la depresión de Okinawa, al oeste de Japón. Pero la ausencia de corrientes ascendentes se traduce en que una liberación masiva de dióxido de carbono a una profundidad de 1400 metros podría acidificar las aguas circundantes, pero no entrar en la atmósfera durante mucho tiempo.

Scott explica que hallar reservas de metano y CO2 en las profundidades marinas es la «situación de la aguja y el pajar».

Pero en un estudio publicado en agosto, científicos de Japón e Indonesia revelaron que habían detectado cinco grandes reservas nuevas de metano o CO2 en estado gaseoso bajo el fondo marino de la depresión de Okinawa mediante el análisis de ondas de presión sísmica generadas por un dispositivo acústico. Como esas ondas viajan más lentamente por el gas que por los sólidos bajo el fondo marino, los investigadores lograron localizar los depósitos. Los datos indican que los hidratos están atrapando el gas.

«Nuestra zona de investigación no es extensa, así que podría haber más depósitos fuera de la zona estudiada», explica por email Takeshi Tsuji, profesor de geofísica de exploración en la Universidad de Kyushu (Japón) y coautor del trabajo.

«El metano o el CO2 en este ambiente no son estables debido a las actividades hidrotermales intensas en el eje de la depresión de Okinawa. Por consiguiente, el CO2 o el metano podrían filtrarse al lecho marino (y a la atmósfera)».

What do you think?

Written by 365 Medios

Comments

Agregar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos requeridos están marcados *

Loading…

0

Cambio climático: tenemos que adaptar nuestros bosques frente a los incendios forestales

Autoridades entregaron balance por Incendios Forestales