La economía India se encuentra en franca expansión y su consumo energético es cada vez mayor. Luego de China, este otro gigante asiático, comienza a posicionarse como un actor clave para las exportaciones chilenas de cobre. Según el Fondo Monetario Internacional, el país podría convertirse en la tercera economía del mundo en tres años, lo que impulsaría una mayor demanda de insumos industriales como el cobre refinado.
El vínculo entre ambos países se fortalece: en 2024, India representó el 2,6% del total de exportaciones chilenas, con envíos por US$ 2.575 millones, un récord histórico. El 66% de esas exportaciones fueron cobre, gracias a un acuerdo comercial que elimina aranceles para el mineral y sus concentrados.
India tiene una clara dependencia de las importaciones: el 93% de su demanda de cobre de mina en 2024 se cubrió con compras externas. Chile lidera como su principal proveedor de concentrado de cobre, con el 30,6% del total, superando a Indonesia y Australia.
El crecimiento de sectores como transporte, construcción e infraestructura impulsa el consumo. Solo en 2024, la venta de vehículos eléctricos subió un 41%, mientras que el uso de cobre en construcción creció 15%. Se espera que el consumo per cápita pase de 0,6 a 1 kilo en pocos años.
Mientras China comienza a mostrar señales de desaceleración —se estima que su participación en la demanda global de cobre bajará de 60% a 35% al 2050—, India podría escalar al 10%, superando a EE.UU. y posicionándose como un nuevo eje del mercado del metal rojo.
La proyección es clara: en los próximos 25 años, la demanda india de cobre refinado podría alcanzar los 3,7 millones de toneladas métricas. Aunque todavía por debajo de China, la escala de la economía india augura una mayor relevancia para las exportaciones chilenas.