La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, la OCDE, acaba de publicar su primer informe sobre Movilidad Social e Igualdad de Oportunidades.
Según el estudio, más de una cuarta parte de las disparidades en los ingresos pueden atribuirse a factores que escapan al control de las personas, en lugar de ser el resultado de su esfuerzo y talento.
Chile, tiene una tasa superior al 35%, situación contrasta con la de naciones como Suiza y varios países nórdicos, que registran los menores niveles de desigualdad, con porcentajes inferiores al 15%.
En el caso de Chile, una de las dimensiones que más destaca el informe es la educación. La probabilidad en nuestro país, de que jóvenes cuyos padres no completaron la educación media logren acceder a estudios superiores ha aumentado entre 2012 y 2023, pero se mantiene por debajo del promedio de muchos países de la OCDE.
En términos de cobertura educativa temprana, solo el 75 % de los niños de 3 a 5 años están matriculados en educación parvularia ISCED 0 (clasificación internacional que abarca los programas de educación de la primera infancia o preescolar). Esa tasa ha permanecido prácticamente estable desde 2013. Esto contrasta con el promedio OCDE que está alrededor del 85 %.
Acerca de las causas de la desigualdad de oportunidades en Chile, el informe OCDE apunta a varios factores que la profundizan :
- Persistencia intergeneracional: el origen familiar —especialmente el nivel educativo de los padres— sigue siendo un fuerte determinante en el nivel educativo y económico que logra la siguiente generación.
- Brechas en educación y habilidades, las diferencias en acceso, cobertura y calidad educativa, especialmente desde los niveles iniciales, inciden para reproducir desigualdades.
- Limitaciones del sistema de redistribución: aunque existen transferencias y políticas públicas, estas no han sido lo suficientemente efectivas para contrarrestar las barreras estructurales.
Persisten en Chile brechas salariales superiores al promedio OCDE entre quienes tienen distintos niveles educativos. Por ejemplo, la diferencia entre los que poseen educación secundaria superior y educación superior es mayor en Chile que en el promedio internacional.
El informe advierte que esta desigualdad relativa de oportunidades:
- Limita la movilidad social real, las condiciones de origen (económicas, educativas) siguen marcando fuertemente el futuro de los individuos.
- Puede generar descontento social, ya que las expectativas de progreso se ven frustradas por barreras estructurales que parecen fuera del control individual.
- Hacen más urgente mejorar la calidad, el acceso y la equidad del sistema educativo, reforzar la inversión en educación temprana, así como diseñar políticas de impuestos y transferencias más fuertes y eficientes que reduzcan realmente las brechas entre quienes parten desde distintas posiciones.
El documento sugiere además aprender de otros países miembros de la OCDE que han logrado mejoras en movilidad social al combinar reformas educativas, políticas laborales inclusivas y sistemas fiscales redistributivos.


