Australia dio un inédito y positivo paso regulatorio en materia de seguridad digital infantil: prohibirá totalmente el acceso a redes sociales para menores de 16 años. El gobierno sostiene que esta decisión podría convertirse en un precedente internacional y que otros países terminarán imitando el modelo, especialmente luego de que Meta iniciara el bloqueo de cuentas vinculadas a adolescentes dentro del territorio australiano.
Esta nueva normativa busca reducir la exposición temprana al contenido digital, pero también abre el debate sobre cómo funcionará en la práctica una medida tan amplia y ambiciosa.
La medida no considera sanciones ni a los menores ni a sus tutores en caso de intentar acceder a plataformas sociales. La responsabilidad completa recaerá en las empresas tecnológicas. Si estas permiten el ingreso de usuarios que no cumplan con la edad mínima, podrían enfrentar multas que alcanzan los 49,5 millones de dólares australianos, equivalentes a 32 millones de dólares estadounidenses, especialmente en caso de faltas graves o repetidas.
Para evitar sanciones, el gobierno exige que las compañías implementen “medidas razonables” para bloquear la entrada de menores, lo que incluye verificación con identificación oficial, reconocimiento facial o de voz, y sistemas de inferencia de edad que analizan comportamientos de navegación.
La sola confirmación del usuario o la autorización de un padre no será válida. Meta comenzó ya a eliminar cuentas de adolescentes el 4 de diciembre y declaró que, si se suspende por error a un usuario adulto, podrá demostrar su edad con un documento oficial o un vídeo selfie. Snapchat, por su parte, permitirá verificación mediante documentación, cuentas bancarias o selfies.
Sin embargo, existen preocupaciones sobre la precisión de estas tecnologías. Algunas evaluaciones gubernamentales señalan que el reconocimiento facial es menos confiable en adolescentes. También se debate sobre la efectividad económica de las multas, ya que, por ejemplo”Hace falta aproximadamente solo una hora con 52 minutos para que Meta genere 50 millones de dólares australianos en ingresos”, lo que sugiere que la sanción podría no ser disuasiva.
Además, la prohibición no incluye plataformas de citas, videojuegos ni chatbots de inteligencia artificial, pese a polémicas recientes. Algunos jóvenes incluso han señalado que planean crear perfiles falsos, usar VPN o compartir cuentas con sus padres.
La ministra de comunicaciones australiana Annika Wells reconoció que la transición puede ser caótica: “Se verá un poco desordenado en el proceso”, aunque añadió que “Las grandes reformas siempre son así.” La regulación australiana abre un nuevo capítulo global: un intento de proteger a menores en un entorno digital que avanza más rápido que la ley.


