Se necesita un “cambio de paradigma” que permita alinear al sector privado con las metas globales para hacer frente a los retos futuros, incluidos los provocados por el COVID-19, señaló recientemente António Guterres, el máximo responsable de las Naciones Unidas al intervenir en el Foro del Consejo Económico y Social sobre la Financiación para el Desarrollo.
“Los últimos informes indican que en el último año se ha producido un aumento de cinco billones de dólares en el patrimonio de los más ricos del mundo. Insto a los gobiernos a que consideren la posibilidad de aplicar un impuesto de solidaridad o sobre la riqueza a quienes se han beneficiado durante la pandemia, para reducir las desigualdades extremas”.
“Necesitamos un nuevo contrato social, basado en la solidaridad, e inversiones en educación, trabajos decentes y verdes, protección social y sistemas sanitarios. Esta es la base para un desarrollo sostenible e inclusivo”, sostuvo el jefe de la ONU.
Guterrez señaló que la recuperación de la pandemia y el impulso necesario para una respuesta global equitativa al momento que vivimos están poniendo a prueba el multilateralismo, una asignatura que hasta el momento considera fracasada.
Como prueba de ello se remitió a ejemplos como que sólo diez países de todo el mundo son responsables de alrededor del 75% de las vacunaciones mundiales, mientras que muchos países todavía no han empezado a vacunar a sus trabajadores sanitarios y a sus ciudadanos más vulnerables.
“El déficit mundial de vacunas amenaza la salud y el bienestar de todos. El virus es peligroso en todas partes si se propaga sin control en cualquier lugar. (…) Algunas estimaciones sitúan el costo mundial de la desigualdad de acceso y el acaparamiento de vacunas en más de nueve billones de dólares, destacó.
Guterres subrayó la necesidad de lograr la “unidad y solidaridad” para salvar vidas y evitar deudas y disfunciones catastróficas.